13 de febrero de 2011

Matar a San Valentin


Tan solo llevo una semana sin verle y ya me muero de ganas de hablar con él.

Una semana después de decirle adiós para siempre y las cosas no cambian. Cada noche me acuesto en la cama con la esperanza de oír que llaman a la puerta, abir y verle allí, delante de mi, con un ramo de flores en la mano diciéndome que no puede vivir sin mi. Todo se hace demasiado duro. Supongo que no soy yo la que tu creías que era y por eso las emociones, los sentimientos perecieron en el tiempo.

Estúpida de mi. Próximo ingreso hospitalario por deshidratación. Cada lágrima que resbala por mi cara lleva tu nombre, un nombre que no merece ser nombrado, y lo que es peor, cada chica que sale por la tele o veo por la calle me recuerda a ella, la que ha conseguido sacar lo mejor de ti, la que consigue sacar cada lágrima de mi.

Maldita fortuna tuvo la jodida puta que entro en tu vida. Solo espero, deseo y pido para que te haga feliz. Espero que si es ella lo que tanto anhelabas sepa tratarte como te mereces. Ya te lo dije: eres perfecto.

Una perfección inexistente en mi mundo. Estoy sola, triste y sola. No puedo dormir, solo llorar... y es que te echo tanto de menos. Ante todo eras mi amigo, mi complice, mi guardaespaldas. Pero cuando la confianza no es mutua ese sentimiento se rompe.

Un clavo no saca otro clavo, y el tiempo no pasa en valde.

"...que corto fue el amor y que largo el olvido"

Asi que despues de una semana entera haciendo el gilipollas creo que ya es hora de levantar la cabeza, mirar al miedo a los ojos y decirle "Aqui estoy".
(No caerá esa breva...)